Los médicos NO TE DEJARÁN MORIR SI ERES DONANTE REGISTRADO DE ÓRGANOS Y TEJIDOS, he aquí por qué:
Los médicos NO TE DEJARÁN MORIR SI ERES DONANTE REGISTRADO DE ÓRGANOS Y TEJIDOS, he aquí por qué:
La primera prioridad de un profesional médico es salvar vidas cuando una persona enferma o herida llega al hospital. La donación de órganos y tejidos ni siquiera se tiene en cuenta ni se discute hasta que se declara la muerte o la familia ha decidido desconectar a su ser querido de la respiración asistida. De hecho, los médicos y enfermeras que participan en el cuidado de una persona antes de su muerte no intervienen en la recuperación o el trasplante de córneas, órganos o tejidos donados.
Juramento hipocrático. Ser profesional de la salud significa comprometerse con los pacientes a salvarles la vida. “Recordaré que sigo siendo un miembro de la sociedad, con obligaciones especiales para con todos mis semejantes, tanto los sanos de mente y cuerpo como los enfermos… Que actúe siempre de modo que preserve las mejores tradiciones de mi vocación y que experimente durante mucho tiempo la alegría de curar a quienes buscan mi ayuda”.
La mayoría de las veces, los profesionales médicos no saben si una persona es o no donante registrado. Los médicos de urgencias, los paramédicos y los bomberos rara vez conocen su estado de registro. Aunque lo supieran, ¿de qué les sirve? No tienen ningún control sobre el proceso de donación una vez que se declara fallecida a una persona, no tienen forma de saber a quién van a parar los órganos o tejidos, y trabajan en un departamento/organización completamente distinto de aquel en el que trabajan los profesionales de la donación y los trasplantes. En caso de emergencia, no comprueban tu DNI ni tienen acceso inmediato al estado del registro, ya que se trata de información confidencial.
La muerte cerebral es la forma más común de que una persona pueda optar a ser donante de órganos. La ironía del mito es que, para que se declare la muerte cerebral, deben haberse tomado todas las medidas posibles para mantener con vida a una persona. Según la Ley de Determinación Uniforme de la Muerte, la muerte cerebral se define como el cese irreversible de todas las funciones de todo el cerebro, incluido el tronco encefálico. Una persona con muerte cerebral está muerta, aunque su funcionamiento cardio pulmonar pueda mantenerse artificialmente durante algún tiempo.
Debido a la naturaleza neurológica de la muerte encefálica, se realiza un examen clínico controlado y exhaustivo para hacer esa declaración final. La muerte cerebral es definitiva y finita; no es lo mismo un coma o un estado vegetativo persistente.
La determinación de muerte cerebral es rara y solo se produce en aproximadamente 1 de cada 100 muertes hospitalarias.
Los médicos no sabrían que una persona se encuentra en este estado hasta después de atender sus otras lesiones. Si los paramédicos, bomberos y médicos de urgencias dejaran morir a los pacientes antes de mantener artificialmente la función cardio pulmonar y atender otras lesiones, ni siquiera se encontrarían en las circunstancias adecuadas para donar lo que hace que este mito sea absolutamente inverosímil.