“We knew it was the right thing to do and never gave it a second thought.”
«No tuve que pensar dos veces para tomar la decisión de ofrecer una mejor calidad de vida a otra persona. Mi esposo Brad ya había decidido ser donante hacía mucho tiempo y lo había indicado en su licencia de conducir. Además, mi esposo era una de las personas más generosas que he conocido. Dejar que sus órganos se desaprovecharan cuando podían salvar a alguien más hubiera sido otra tragedia»